El artículo de el País Hagamos de la Universidad un negocio defiende la reciente integración de las Universidades en el Ministerio de Ciencia e Innovación, poniendo como modelo los éxitos de una política similar puesta en marcha hace cuatro años por la Junta de Andalucía.
Como medida del éxito se citan datos como que en 2004 sólo había una 'spin-off' universitaria en Andalucía, y ahora hay 67. Entre otras, el artículo destaca Teams, una empresa especializada en ensayos de cualificación 'llave en mano' para la industria aeronáutica, surgida del grupo de Elasticidad y Resistencia de Materiales de la Universidad de Sevilla.
Se afirma también que Andalucía ha multiplicado por siete su participación en el programa estatal de ayudas a la I+D+i, pasando de captar un 2,8% de los fondos nacionales en 2004, al 20% en 2007.
En definitiva, se pretende transformar la cultura de la Universidad: donde hace unos años 'apenas había en Andalucía un centenar de investigadores que trabajasen habitualmente con empresas' y 'al profesor que colaboraba con empresas se le llamaba pesetero', ahora hay 'un millar de investigadores [...] en proyectos empresariales y hay 160 grupos de investigación envueltos en 152 proyectos' financiados por la Corporación Tecnológica de Andalucía.
La metáfora del bambú sirve a Francisco Vallejo (Consejero de Innovación, Ciencia y Empresa de la Junta) para pedir paciencia: hay que plantar la semilla, regarla y cuidarla durante años aunque aparentemente no ocurra nada. En realidad se están formando las raíces, y cuando por fin brote la planta, crecerá rápida, alta y fuerte.
Estamos de acuerdo: Universidad, Ciencia e Innovación tienen que ir de la mano. Sin embargo, no quiero parecer escéptico pero me cuesta identificar los avances descritos con la realidad actual del panorama andaluz. Innovar es encontrar aplicaciones prácticas al conocimiento y es imposible que desde la Universidad se pueda innovar si se vive de espaldas a la sociedad que debería ser su razón de ser.
El artículo cita a Juan Torres, catedrático de Economía Aplicada de Málaga, que pone voz a lo que en mi opinión es el principal problema de la Universidad en España cuando afirma que:
...la filosofía (de) que la enseñanza universitaria tiene que estar al servicio del mercado [...] es una aberración política, económica y humana.
El mercado no es ni más ni menos que la sociedad, y por supuesto que la Universidad está para servir a la sociedad ¿A quién si no?
Lo que es una aberración es que el número de plazas ofertadas de una carrera se defina sin un estudio serio de las necesidades que la sociedad va a tener de cada profesión. Y si eso significa que no todo el mundo puede estudiar lo que le gustaría, pues es preferible contrariar a un chaval a los 18 años que engañarlo ahora y que después de haber invertido 5 años de su vida se encuentre con que no hay trabajos adecuados a su cualificación, o que el exceso de oferta de titulados universitarios ha tirado los sueldos por los suelos.
Es otra aberración que la Universidad enseñe e investigue sin contar con las necesidades de las empresas. No voy a entrar en los planes de estudio, pero todos los años se leen miles de proyectos de fin de carrera y de tesis doctorales, que en muchos casos se quedan en meros ejercicios académicos cuando bien orientados pondrían a disposición de las empresas del tejido industrial andaluz un potencial nada despreciable de capacidad innovadora a un coste muy competitivo. El trato tiene ventajas obvias para el alumno, para la empresa y para la Universidad, y no estoy inventando la rueda, en otros países se hace así desde hace mucho tiempo.
Y es que lo que le falta a la Universidad es desarrollar una mentalidad mucho más empresarial:
Dejemos que las Universidades compitan por los mejores profesionales 'liberalizando' el mercado de los profesores para facilitar la movilidad y premiar el mérito: desarrollemos la conciencia de que los alumnos son los clientes, que están comprando una carrera profesional. Que los alumnos paguen lo que cuesta realmente, y así se sentirán más inclinados a valorarla y a exigir que realmente les prepare para incorporarse al trabajo. Y no digo que paguen los padres, sino los alumnos, que con 18 años estamos hablando ya de adultos, por ejemplo con un sistema de préstamos similar al inglés, a devolver después de terminar la carrera.
Y antes de que alguien saque pecho defendiendo el actual sistema universitario español, que le eche un vistazo por ejemplo al ranking the TheTimes de las 200 mejores universidades del mundo, donde sólo entra por los pelos la Universidad de Barcelona en el puesto 194, por detrás de Universidades de países como Brasil, Méjico, China, o Corea, entre otros.
Más información:
Otras 'spin-offs' relacionadas con la aeronáutica en Andalucía son Green Power Technologies, y Easy Industrial Solutions galardonadas recientemente con el Premio Andaluz a la Excelencia Empresarial (ver Aeronáutica Andaluza nº6 (pdf), pag. 48).
Para terminar, quiero mencionar esta noticia: La Universidad de Sevilla premia a una profesora joven y brillante. Enhorabuena a Juana.
¿Te interesó este artículo?
Recibe cómodamente todas las actualizaciones de aergenium vía RSS o por e-mail.
Suscribete gratis ahora
Recibe cómodamente todas las actualizaciones de aergenium vía RSS o por e-mail.
Suscribete gratis ahora
El papel de la Universidad
Etiquetas:
Andalucía,
corporación tecnológica de Andalucía,
educación,
empleo,
españa,
formación,
universidad
Entradas relacionadas:
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Se el primero en dejar tus comentarios.
Publicar un comentario