El viernes 13 de Junio El Mundo publicó en su edición impresa una noticia con un titular alarmante - 'El Pentágono rectifica a favor de Boeing el contrato que dio a la europea EADS'.
En la noticia se puede leer que:
‘El Ejército de Estados Unidos ha rectificado su decisión de entregar a la europea EADS [...] el supercontrato para adquirir 179 aviones cisterna...’
(La noticia original no está accesible gratuitamente en la web de El Mundo, pero sí la he encontrado en el archivo de noticias en www.sepla.es, aproximadamente hacia la mitad de esta página).
Afortunadamente da la sensación de que el periodista simplemente ha picado en el último ardid de Boeing dentro de la intensa guerra de propaganda que se está viviendo en EEUU en torno a este asunto desde la polémica adjudicación del contrato.
La noticia se basa en una nota pública emitida por Boeing el 12 de Junio proclamando que la USAF había admitido errores en el cálculo del coste de la oferta de Boeing, que una vez corregidos, demostrarían que 'la oferta de Boeing es más económica que la de EADS'. Según la nota de Boeing este sería sólo 'una minúscula fracción de los errores cometidos' en la adjudicación.
Antecedentes
El pasado el 29 de febrero, el consorcio formado por EADS y la americana Northrop Grumman se adjudicó un suculento contrato, valorado en unos 35,000M$. Este contrato es sólo el principio, porque el objetivo a lo largo de los próximos años es renovar completamente la flota de aviones cisterna de las Fuerzas Aéreas de EEUU (USAF), formada por unos 500 aviones que tienen más de 40 años de servicio. Y obviamente el que da primero da dos veces, porque para la USAF es preferible tener un único modelo para reducir costes de mantenimiento, formación de tripulaciones, etc.
Para EADS este contrato es crucial porque supone su entrada en el mercado militar americano, que representa casi la mitad del mundial y tradicionalmente ha estado muy protegido frente a la penetración de firmas extranjeras.
Para Boeing, el otro aspirante al contrato, la pérdida de este mercado que históricamente le ha pertenecido es un golpe durísimo, con la agravante de que su modelo B-767 (plataforma de la aeronave ofertada por Boeing, el KC-767AT) queda en una situación muy delicada, prácticamente sin una cartera de pedidos que justifiquen su continuidad.
Boeing, que se veía favorita para la adjudicación, y se había declarado en varias ocasiones muy satisfecha con la transparencia del proceso, se apresuró a cuestionar la decisión tomada nada más conocerse.
El 11 de marzo, presentó un recurso contra la asignación del contrato a EADS/Northrop ante la Government Accountability Office (GAO), un organismo del Congreso que vela por la transparencia de los concursos públicos. Denunciaba supuestas ‘irregularidades en el desarrollo de la licitación y la evaluación de las ofertas’.
Después de tres meses auditando el proceso de adjudicación, la GAO emitirá su veredicto el jueves 19 de junio. Por tener un dato orientativo, históricamente la GAO viene rechazando 3 de cada 4 recursos que recibe.
Reacciones
La respuesta de Northrop a la nota de Boeing se produjo el mismo viernes 13 con un desmentido, que lamentablemente llegó un poco distorsionado a la prensa española, publicandose con titulares como el de Terra: Pentágono cometió errores en licitación de aviones cisterna (Northrop)
Efectivamente Northrop concede que durante la auditoría se han detectado cinco errores en el cálculo de uno de los parámetros utilizados para evaluar la oferta, denominado coste más probable del ciclo de vida, si bien mantiene que ‘esos errores menores no deberían tener ningún impacto sobre la decisión’. Ya claro... ¿que van a decir en Northrop?
La nota de prensa que emitió la propia USAF como respuesta a la de Boeing es quizás más significativa. La nota, aunque declina hacer comentarios específicos, advierte que dada la complejidad del proceso de selección ‘cualquier documento individual’ fuera de contexto puede ‘fácilmente ser malinterpretado’. Por otro lado asegura mantener ‘su postura con relación al proceso y su decisión’, y emplaza a esperar al veredicto de la GAO y el cierre del proceso de selección de proveedor para poder proporcionar ‘información detallada y completa de acuerdo con la legalidad’.
En otras palabras, tuvieron que morderse la lengua para no mandar a Boeing a paseo.
Por tanto, lo que parece que ha pasado realmente es que tan pronto como Boeing ha encontrado la primera inconsistencia que respalda sus protestas, se ha apresurado para proclamar a bombo y platillo que hubo tongo en la asignación.
Y en cierto modo es reconfortante que a pocos días del veredicto final de la GAO esto sea lo mejor que han encontrado.
Porque las cosas se ponen en perspectiva si vemos las cifras que hay detrás de la nota de Boeing: la evaluación original del coste de vida era de 108,010M$ para el KC-30 de EADS/Northrop apenas un 0.03% más barato que los 108,044M€ del KC-767 de Boeing.
No sabemos como quedan las cifras tras corregir los errores, pero es obvio que no fue éste el criterio decisivo que determinó la asignación del megacontrato a EADS.
Más claro todavía, la USAF ya advirtió en su día que aunque el precio de Boeing hubiera sido menor, ‘igualmente’ habría optado por Northrop Grumman ‘dado que sus capacidades son mejores, y también su historial pasado’.
Pasado el susto del viernes, los titulares del domingo 15 en la edición impresa de Expansión: Boeing pone en jaque el megacontrato de EADS y el lunes 16 en Cinco Días: EADS y Boeing apuran el pulso por los aviones cisterna parecen al menos, más atemperados.
En todo caso es posible que la polémica no acabe el jueves, ya que el perdedor tiene todavía la opción de llevar el caso al Tribunal Federal de Apelaciones, y Boeing ya ha advertido que ‘no descartan nada’.
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