Hace unas semanas leíamos en el blog "el espacio de Javier Casado" una entrada muy recomendable acerca de en qué consiste la ingeniería concurrente, y su posible origen en los años de la Guerra Fría.
La casualidad hizo que tuviésemos preparado un post acerca del msmo tema, que hemos modificado y adaptado para no repetir lo que ha quedado perfectamente explicado en la entrada anterior.
Entre las tres fases importantes dentro del proceso de fabricación de una aeronave (fase de desarrollo, fase de pre-serie, y fase de producción en serie), la primera de ellas se puede considerar como la fase más crítica y costosa, a la vez que la más creativa, y en la que el producto va madurando y buscando su posición en el mercado según su nivel tecnológico.
El escenario habitual en el que tiene lugar la fase de desarrollo de una aeronave se caracteriza por una competitividad importante entre fabricantes, lo que se traduce en unos requerimientos altos en coste, hitos de entrada en mercado (time to market) y prestaciones. Además, los constructores han de mantener simultáneamente el esfuerzo dedicado a estos programas en desarrollo y al sustaining que consume cualquier programa en produccción, sobre todo aquellos sometidos a altas cadencias. A este escenario hay que añadir el hecho de que, aprovechando el comienzo de un nuevo proyecto, se suelen introducir novedosos sistemas basados en las tecnologías de la información, sobre todo en el ámbito del diseño y la fabricación asistidos por computadora y de la gestión de la configuración de programas.
Para dar respuesta a las exigencias económicas del mercado y reducir los costes de desarrollo, los fabricantes suelen actuar en dos líneas: por un lado, recortan el ciclo de desarrollo de la aeronave, y por otro lado, intentan conseguir la mayor madurez posible en el diseño y fabricación con la entrada en servicio del primer avión.
Para reducir los ciclos de desarrollo y los plazos de entrega del primer avión se suelen adoptar modelos de estructura empresarial basados en relaciones “a riesgo” entre los partners o socios que se reparten la carga de trabajo de los programas aeronáuticos. Dividiendo y coordinando las actividades entre distintos socios se consigue avanzar en paralelo en las tareas, lo que acorta el ciclo total.
Por otro lado, conseguir una madurez avanzada al final de la fase de desarrollo implica un esfuerzo importante de los departamentos de ingeniería involucrados en estas primeras etapas de la vida de un producto, obligando a utilizar estrategias y técnicas de coordinación intensas en las fases conceptual y de definición.
La ingeniería concurrente da respuesta en estas dos líneas, e integra desde el inicio del programa todas las tareas de ingeniería necesarias para diseñar y fabricar un componente aeronáutico. Históricamente, las tareas de diseño, cálculo, ingeniería de fabricación, etc., han tenido una relación de precedencia muy fuerte. Tanto si todas estas actividades las lleva a cabo una misma organización, como si las realizan distintas empresas, la ingeniería concurrente permite el solape de la mayoría de ellas, con la consiguiente reducción de la duración de la fase de desarrollo, lo que queda muy bien ilustrado en el post que mencionamos al inicio. Además, la ingeniería concurrente permite coordinar todas las interfaces que se crean al repartir paquetes de actividades entre distintos partners, permitiendo que estos socios de los que hablábamos antes operen de forma conjunta como si formaran parte de una misma organización.
2 comentarios:
Un gran Post, muchas gracias.
Acabo de publicar un par de imágenes con buena resolucion queigual te gusten para linkar o embeber por aqui ;)
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