Hace unos meses asistí a la comida de jubilación de un compañero muy querido en el departamento. Uno de los regalos que se le hizo al homenajeado fue un artilugio extraño para los más jovenes, pero muy familiar para los que habían echado los dientes en un tablero de dibujo. Se trataba de un león, o como lo llamaban otros, de un patito.
En la jerga del diseño industrial y del dibujo técnico el león, o patito, era una pieza pesada que se utilizaba en los tableros de trazado para fijar unos junquillos metálicos flexibles con los que se dibujaban las curvas en los planos.
La destreza en el uso de este tipo de artilugios era fundamental para los delineantes y proyectistas del pasado. El diseño de entonces se basaba en las figuras geométricas más simples (líneas y arcos de circunferencia) porque los medios de fabricación sólo reproducían con fidelidad formas planas y de revolución. Sin embargo, en disciplinas especializadas como la aeronáutica, se profundizó en el uso de cónicas y cuvas más complejas, asociadas al desarrollo de superficies de mayor eficiencia aerodinámica.
Esta necesidad dió lugar a todo un arsenal de artefactos necesarios para el trazado aeronáutico que iban mucho más allá de la simple regla y el compás, y en el que cada elemento tenía su propio apodo. Ligado a esta especialización del diseño, los talleres desarrollaron tecnologías de fabricación específicas como las técnicas de serigrafiado, máquinas copiadoras, o el conformado manual. Arte, ciencia y sentimiento en los trazados; oficio, precisión, y artesanía en los montajes.
Por cierto, hojeando "Fundamentos geométricos del diseño en ingeniería" de Prieto Alberca, hemos encontrado algo curioso. Heredado de la industria naval, estos trazados se conocen con el nombre de lofts (que significa desván en inglés) , porque los desvanes de los antiguos astilleros eran los únicos sitios suficientemente espaciosos y tranquilos en los que se podían instalar las enormes mesas de trazado necesarias para que los delineantes pudieran dibujar estas curvas.
Las cosas han cambiado mucho y nada a la vez. Mucho, gracias a los avances de la técnica. Nada en la esencia. Mucho, si atendemos a los medios disponibles para diseñar y fabricar. Nada porque siguen siendo líneas, curvas, y superficies. Lo fundamental tanto entonces como ahora es que diseñar bien requiere preparación, experiencia, y capacidad de reflexión. No es sólo una cuestión de bytes.
Imágen extraída de un calendario promocional de Airbus mostrando el avance en las técnicas del diseño aeronáutico.
Por cierto, y para terminar: si alguno de vosotros puede hacerse con una fotografía de uno de esos leones o patitos, que no dude en compartirla con los demás.
3 comentarios:
Ruben, mas que león le llamábamos ratòn o pesas. Iban dando forma a un junquillo que definía la curva a trazar.
Un trazador de los de antes.
Saludos.
Es cierto liset, me han dicho que por aquí se le llamaban ratones. Por tu comentario parece que los llegaste a usar. De ratón de pesas a ratón de pc...¡eso sí que es capacidad de adaptación, o como lo llaman ahora "tolerancia al cambio"!
los ingenieros de hoy se rien de los elementos de diseño de los ingenieros del pasado,pero a su vez menosprecian los elementos del futuro porque dicen que son para "técnicos" no para ingenieros. Hoy mismo se quejaba uno de que una herramienta impuesta por Airbus para cálculo de estructuras es (Samcef creo) no deja espacio paara que el ingeniero mejore o cree soluciones innovadoras. Pero lo cierto es que estas cajas negras estandarizan el trabajo y hacen que el cálculo se pueda hacer en menos tiempo, claro acosta de no esperar a que el bueno del ingeniero se lleve dos días mirando la pantalla sin avanzar. El trabajo se complica, los aviones de ahora no los tiene en la cabeza nadie, antes tenían el gustazo de diseñar de pie a rabo pero ese método, costoso y sin valor para el que paga el avión se ha ido transformando hasta la complejidad de hoy. Los médicos también se han ido adaptando a manejar cosas complejas que no saben como van, ahora no son nadie sin un técnico de CAT, miran las resonancias como si fuesen placas fantásticas de RX cuando son en realidad imágenes sintéticas y se sorprenden cuando les ponen una técnica que hace "relucir" el tumor durante una operación como por arte de magia, se lo creen y cortan por lo sano.
El trabajo humano es así de grande, acumulable, tú te basas en lo obtenido por otros y construyes encima, las hormigas no...
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