Una de ellas es que mantener un blog relacionado con la industria en la que desarrollas tu actividad profesional debe hacerse de manera responsable: Lo que escribes perdura en la red, y no puedes anticipar quién va a leerte, y cómo va a interpretar o utilizar la información.
Poco a poco hemos ido desarrollando un código de conducta basado en el sentido común, y llevábamos tiempo dándole vueltas a la necesidad de formalizarlo y compartirlo con vosotros. Si se ha retrasado es porque siempre parecía que había algo más urgente. Hoy, por fín, os traemos la primera versión.
Se trata de un documento vivo, que seguiremos matizando y actualizando según sea necesario, para que siempre estén las cosas claras.
Las cosas claras
Los autores de aergenium trabajamos en el sector aeronáutico. Sin embargo, cuando escribimos en el blog, lo hacemos a título exclusivamente personal. Aquí expresamos nuestras opiniones, que no pretenden en modo alguno representar más que nuestro propio punto de vista.
Nuestro objetivo es contribuir a la divulgación de la industria aeronáutica, especialmente aquella que se desarrolla en nuestro entorno. Hacerlo de manera correcta y honesta nos ha llevado a aplicar el siguiente código de conducta:
- Aportar valor a la comunidad de forma desinteresada. Escribimos cuando tenemos algo interesante que decir, e intentamos hacerlo de forma clara y amena. De lo que no sabemos, no escribimos.
- Ser responsables, transparentes, y accesibles. Nos hacemos responsables de lo que escribimos. Aunque tratamos de ser justos con la competencia, somos conscientes de que cuando el trabajo apasiona es difícil ser imparcial. Para no llevar a engaño, decimos con claridad quiénes somos y cómo contactar con nosotros.
- Ser siempre educados, incluso en la mayor discrepancia. Somos partidarios del debate y la discusión, manteniendo las buenas formas.
- Citar siempre nuestras fuentes, y si es posible, enlazarlas. Contrastamos la información siempre que es posible con fuentes de dominio público, y respetamos la propiedad de las ideas, entre otras cosas porque tampoco a nosotros nos gusta que nos regateen con los enlaces o las citas.
- Nunca utilizar información privilegiada. Nunca divulgamos información confidencial o sensible de la que tengamos conocimiento privilegiado por nuestro trabajo.
- Ser prudentes al tratar temas sensibles. Sobre todo si están relacionados con la empresa donde trabajamos, incluso cuando ya existe información de dominio público. En estos casos, si es necesario nos dejamos asesorar por el departamento de comunicación de la empresa.
Manuel Heredia y Rubén Carvajal.
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