30 mayo 2016

La impresión 3D va en moto.

Siento el titular fácil, pero era inevitable teniendo en cuenta la noticia de la que vamos a hablar, y la velocidad a la que la impresión 3D se ha colado en todos los ámbitos de nuestra vida.

Al publicarse esta semana que Airbus Group ha fabricado la primera motocicleta eléctrica mediante fabricación aditiva (Additive Layer Manufacturing por sus siglas inglesas), me he preguntado si realmente la velocidad a la que el ALM se está asentando en la industria es tan alta como parece.
Para responder con un orden de magnitud relativo, se puede hacer un pequeño ejercicio usando precisamente este caso de la motocicleta: ¿cuánto se tardó en fabricar la primera motocicleta en, por ejemplo, fibra de carbono?

Dentro del ámbito aeroespacial hay una cierta analogía entre la introducción de la fibra de carbono en las estructuras aeronáuticas y la adopción del ALM como tecnología de fabricación, por lo que la comparación, aunque siempre odiosa, podría tener cierto sentido.

El inicio del uso de la fibra de carbono como material estructural se podría fijar en 1958, cuando Roger Bacon creó fibras de alto rendimiento de carbono en el Centro Técnico de la Union Carbide Parma.

Haciendo una búsqueda no muy exhaustiva, parece que el primer chasis en fibra de carbono para una motocicleta lo fabricó Ducati para su modelo Desmosedici GP9 en 2009. Esto implica una diferencia de 51 años entre el inicio de la tecnología y su uso en la estructura de una motocicleta.

Veamos el caso de la fabricación aditiva. Si se fija el inicio de la impresión 3D como tecnología para la fabricación de estructuras en 1984 (cuando la tecnología de impresión se enfocó realmente en el uso de otros materiales distintos de la tinta), y tomando la noticia de esta semana de Airbus Group como la primera evidencia de la fabricación de una motocicleta en impresión 3D, tenemos una diferencia de 32 años.

 Es decir, en el caso puntal de la fabricación de motocicletas, parece que el ALM ha reducido su tiempo de implantación en casi tres décadas (más de un tercio), frente al tiempo de implantación en el mismo caso de uso de la fibra de carbono.

Si eso no es ir en moto...

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